Profesión
rocio.rodriguez
Dom, 12/10/2025 - 15:45
Congreso de Semergen
"¿Cuántas veces has sentido que la consulta se convirtió en una trinchera? ¿Alguna vez has sostenido la angustia, el dolor de un paciente… sin saber cómo sostener la tuya propia? ¿Has dicho alguna vez 'estoy bien' solo para no derrumbarte?". Así invitaba el viernes Eva Trillo, médica de Familia en el centro de salud Campo de Belchite (Zaragoza), a reflexionar a los presentes en la jornada Depresión, ansiedad y burnout en Atención Primaria, dentro del Congreso nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), celebrado en Granada.
El viernes fue el Día Mundial de la Salud Mental, el más apropiado para hablar de estos temas pero, no solo desde el punto de vista del paciente, sino del propio profesional que también los sufre. En esta mesa, moderada por Laura Araujo Márquez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de Semergen, se trató de dar herramientas para manejar a los pacientes pero, sobre todo, para ayudar a los médicos de AP a prevenir esos problemas y visibilizar su magnitud. "Somos médicos, médicos de Familia y tradicionalmente nos han enseñado a soportar y aguantar el dolor de nuestros pacientes, pero raramente durante toda nuestra carrera profesional nos han enseñado a cuidar y a gestionar nuestra salud mental", comenzó Trillo.
La médica de Familia defendió que la atención primaria, que es "el corazón del sistema", está "colapsada", lo que tiene mucho que ver con el burnout, que es desgaste profesional. Aunque la OMS no lo considera enfermedad profesional, sí lo incluyó en 2019 en un catálogo de enfermedades profesionales. En el CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades) aparece como un síndrome ligado con la actividad profesional. "Por fin podemos decir que el burnout existe, que está ligado al estrés crónico que manejamos en los trabajos, en concreto en nuestras consultas de atención primaria".
Trillo detalló las tres dimensiones del burnout según la escala de Maslach: agotamiento emocional (sensación de estar vacío, fatiga, cansancio extremo, no tener energía ni ilusión), despersonalización -"esa pérdida de empatía, esa frialdad, esa sensación de distanciamiento con nuestro paciente, de automatizar los actos, de no empatizar, de ser cínicos"- y baja realización personal, "en la que tenemos una sensación de inutilidad, de que realmente no estamos haciendo bien nuestro trabajo, de que no rendimos, y la pérdida de sentido de la motivación de nuestra especialidad, de nuestra profesión".
En ese punto, la experta recalcó "un mensaje potente: el burnout no es una debilidad personal, no es una debilidad individual. Es un problema colectivo, un problema de un sistema que está colapsando". Cuando se aborda la salud mental, además de los tratamientos farmacológicos hay más herramientas "y muchas veces salimos por la calle del medio porque no tenemos tiempo, tenemos unidades de salud mental colapsadas, circuitos que no son óptimos y al final tenemos que sustentar el sistema como podemos y salimos por la tangente. Muchos compañeros saben que cuando tiramos del hilo vamos a desenmascarar muchísimos problemas y no lo hacemos por miedo porque la consulta está colapsada y como tiremos del hilo sabemos que una consulta que tengo que resolver en 5 minutos se me puede complicar en 30. Y es una pena que estemos en este punto".
Factores en el 'burnout'
Entre los factores que contribuyen al burnout, hay tres grandes bloques. Por un lado, las condiciones laborales y organizativas, con jornadas extenuantes con nocturnidad y guardias; burocracia excesiva; sobrecarga crónica -"cuando mi compañero que tiene derecho a sus vacaciones se va, ese exceso de jornada lo estamos asumiendo el resto de compañeros, tenemos equipos que de 18 médicos en plantilla están tres sustentando toda la carga asistencial que tenemos en primaria"-; o escasa autonomía (mínima participación de decisiones). "Tenemos que ser partícipes de hacia dónde queremos dirigir nuestro modelo sanitario y hacia dónde debería de ir la AP porque decimos que somos el primer nivel asistencial, pero seguimos con una desinversión cronificada desde los últimos 20 años".
También precariedad laboral, con contratos inestables: "Decimos que nos faltan médicos, pero acaban los residentes y les ofrecemos contratos basura y se van, obviamente, porque tienen alternativas y quizá alguno de nosotros en otro momento vital igual también nos lo hubiéramos por lo menos cuestionado". Y desafíos tecnológicos, "que han venido supuestamente para ayudarnos y yo creo que tenemos que ser pro desarrollo de la tecnología, pero la Administración siempre viene lenta y muchas veces no hay formación para que los médicos podamos implementarlo en nuestro día a día".
El segundo gran bloque son los factores individuales y demográficos. "Tiene mayor riesgo la mujer, entre 35 y 45 años, la mayoría con un contrato fijo ya, amplia experiencia y con responsabilidades familiares. La mujer ha entrado en el mercado, sobre todo en sanidad, y queremos conciliar, pero es complicado. Los cargos directivos siguen predominando en los hombres porque muchas veces mentalmente, y de una manera interiorizada y consensuada, damos un paso atrás y nos tenemos que separar durante una temporada, durante unos años porque priorizamos unas cosas sobre otras. Pero esto es un problema que está encima de la mesa y tenemos que buscar soluciones", subrayó Trillo.
El tercer bloque son los factores psicosociales y culturales: alta demanda -"tenemos una población cada vez más formada e informada que viene a la consulta con un diagnóstico probable, con diagnósticos diferenciales y exigiendo tratamientos, y tenemos que estar capacitados para responder a eso"-; clima laboral conflictivo basado en el miedo; contacto directo diario con el sufrimiento, la muerte, el dolor y la cronicidad, y al final eso acaba impactando; y los estigmas y las barreras para pedir ayuda: "Hay estima en general con la salud mental y nosotros en particular porque nos cuesta reconocer y, sobre todo, hacerlo de manera reglada y poniéndonos en manos de profesionales, de otros compañeros".
¿Cuánto 'burnout' hay entre los médicos jóvenes? La OMC lanza una encuesta para analizarlo, El síndrome de 'burnout' afecta al 25% de los médicos y llega al 40% entre los profesionales de las UCI, Uno de cada cuatro médicos sufre 'burnout'
La consecuencia de todo ello es una mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos: el 44% de los médicos van a presentar síntomas compatibles con tras
Uno de cada cuatro médicos de Familia podría tener 'burnout' y entre el 18 y el 27% consume psicofármacos para sostener su día a día y lo hacen sin prescripción formal.
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Rocío R. García-Abadillo
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